Dejé de escribir en el 2013, dejé de escribir lo que estaba viviendo ya que todo se daba de manera súbita, mis sueños, los rumbos, los bailes, todo giraban hacia otro lado que no había contemplado. La verdad es que estaba aterrorizada, los enigmas de la unión entre el hombre y la mujer para compartir su vida juntos, me estaban aturdiendo de tal manera que silenció mi ser literario.
No puedo decir con palabras lo extraordinario que es fusionar tu vida con la de otro ser que te ama, existen muchos riesgos y el desprendimiento debe ser tal, que los dos tienen que ver hacia la misma dirección, siguiendo su propio carácter siendo forjado por el entorno social, económico, emocional y educacional.
No ha sido una tarea fácil y sé que muchas piedras vendrán en el camino y quizás solo las esquivemos, en ocasiones caeremos, pero se que a su lado, seremos más fuertes. Habrá miedos que se encarnarán como aquellos monstruos que se encontraban debajo de la cama cuando era niña, monstruos que combatí haciéndolos mis amigos.
Así que hoy le agradezco a Dios por dejarme vivir tomada de su mano, disfrutando el presente, para que el futuro sea lo que estaba escrito. Te amo mi vida, te amo de corazón, ya hemos empezado a escribir nuestra historia y que sea esta una demostración pura de amor.